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Desvariando: La Mala Suerte

14/12/08

Hoy me "amanece" una noticia sigunlar, de muy poca importancia para el rumbo del planeta, pero pertinente al tema: Me llama mi viejo al laburo avisandome que se derrumbó la estanteria donde tenia todos mis CDs.
¿Cómo pudo pasar si estaba fija a la pared? aparentemente se aflojaron unos tornillos ¡De la parte que menos peso tenía! increible. Bueno, "mala suerte".
A veces, quizás como consuelo de tontos, pienso y me digo a mi mismo que la mala suerte no es más que la virtud de poder distinguir las desgracias, o para no ser tan fatalistas, los hechos negativos. Ahí causan una fugaz envida esas personas que se las ve contentas sonriendo de oreja a oreja caminado con un palo en la escoba ensartado en el orto y saliendo por uno de sus orficios nasales.
"Ok, se cayó... probablemente no habrá estado tan bien sujeta, la humedad, la fuerza de gravedad, algún que otro forcejeo anterior... en fin, cuando vuelva veo".
Vuelvo, y veo: Me encuentro con que una gran cantidad de cds permanecieron dentro de sus cajas como quien se aferra del asiento del auto o colectivo durante una frenada repentina, o una curva muy cerrada. Pero una minina cantidad ahi, desparramados, desnudos como si les quemasen sus estuches, pero sufriendo la libertad. La mínima cantidad, ese.... 5%... eran los importados: Si, los pocos CDs importados que , por razones geográficas y económicas, pude adquirir. Ahi estaban, algunos boca abajo, como cadaveres encontrados flotando en las orillas de una playa desierta, algunos boca arriba, pereciendo las heridas de guerra, pidiendo clemencia, y otros amontonados como una orgia de emperadores romanos enveneados por sus propios jugos.
Podrian haber sido esos discos que ya no escucho, podrian haber sido esos discos grabados, más aun, aquellos que ya no escucho y además de estar grabados, ya tengo el original por alguna que otra razón. Podrian esos son cientos, estos son decenas, casi dos. Ahi empeiza a jugar la desholación, donde la probabilidad da el giro, donde pasa lo meramente improbable, donde Maradona marra el penal, donde te tropezás con el escalón que subiste y bajaste desde hace la misma cantidad de años que habitas esa casa, donde desaprobás esa materia que le enseñaste a tus triunfantes compañeros. Cuando te mordés la lengua, cuando pisas caca, cuando te apretás los dedos con la ventana. Ahí esta la mala suerte. Y Empieza a rondar en tu cabeza una furtiva aceptación de conceptos metafísicos, religiosos, filosóficos, y te hundís en el absrudo porque no hay calma en la desgracia, porque no encontrás justamente eso: El "por qué?".